“El problema del retiro es que está a 30 años y Acapulco a tan solo 3 hrs. y 12 mensualidades sin intereses”
No importa si tienes 20 o 50 años, la pregunta es igual de válida para ambas fronteras de edad: ¿qué harás cuando ya no puedas trabajar? Hablar del tema del retiro significa muchas cosas, pero para tener un retiro en el que contemos con dinero para no trabajar o trabajar, pero no por necesidad de sobrevivencia, se deben considerar por lo menos los siguientes 5 factores:
- Decisión;
- Constancia;
- Disciplina;
- Planeación; y
- El producto financiero.
1.- La decisión es un proceso complejo por medio del cual una persona elige una forma de actuar. El proceso de decisión es siempre subjetivo y se basa en el cúmulo de ideas, sensaciones, conocimientos y prejuicios que al combinarse dan como resultado que una persona tome un camino y no el otro.
En el caso del retiro, las personas deben dimensionar lo que implica no prever cómo será su vida cuando lleguen a una edad en la que no puedan generar sus propios recursos para vivir. El grado de conciencia de este hecho y el grado de responsabilidad que cada persona asuma en torno a su propio destino son importantes para emprender el camino del ahorro para el retiro.
2.- Una vez que se ha tomado la decisión, el siguiente paso es el tema de la constancia. En el caso que nos ocupa, la decisión de ahorrar para el retiro, se debe expresar de manera continua a lo largo de años, incluso, en algunos casos por décadas. Podemos decir que la constancia es la voluntad continuada en la que se expresa la autenticidad de la decisión. Por decirlo de alguna manera, la constancia es similar a un certificado, en el sentido que certifica la veracidad de la decisión, si efectivamente llevamos a cabo nuestro plan para el retiro, estaremos “certificando” que nuestra decisión es veraz.
3.- Algo que sin duda ayuda a que los dos aspectos anteriores se logren es el tema de la disciplina. La palabra disciplina proviene del vocablo latín “discípulos” y significa imponer un orden. La disciplina expresada en nosotros no es otra cosa que la manera en que administramos nuestros ingresos y gastos. En el caso de nuestro ahorro para el retiro, incluso nos llevaría a comprender y con ello invertir el orden que seguimos al momento de destinar nuestros ingresos: No es lo mismo concebir (decidir) que primero gastamos y después ahorramos; a decir (y con ello invertir el orden de nuestra decisión) que primero ahorramos y después gastamos: como se podrá observa aquí la disciplina entendida como el orden impuesto a nuestros hábitos de ingreso-gasto son importantes para que nuestra decisión se lleve a cabo.
4.- Planear es proyectar un futuro deseado. Inclusive, hay una frase que a la planeación le confiere un carácter más elevado que el mero acto de “proyectar el futuro”, ya que señala: “planear es hacer que ocurran cosas que de otro modo no habrían ocurrido” . Es decir, asume que las cosas suceden si las planeamos.
La planeación es un instrumento que usan los sabios y que contiene además de la concepción del futuro, la identificación de acciones y la secuencia adecuada para lograr la cosa a suceder en el futuro. Para nuestro retiro será entonces indispensable, responder por lo menos las siguientes 3 preguntas.
- ¿En cuánto tiempo dejaré de trabajar?
- ¿Qué voy a hacer a partir del día en que me retire?
- ¿Qué cantidad de dinero voy necesitar para cuando me retire?
A partir de las respuestas a estas preguntas es que concebiremos las acciones y la secuencia adecuada para que la cosa futura suceda en la forma en que lo planeamos.
5.- Finalmente y una vez que tenemos claras las herramientas necesarias para tener un retiro digno, sin preocupaciones y que podamos disfrutar de los últimos años de nuestra vida. Considero necesario escoger entre las opciones que ofrece actualmente el sistema financiero de nuestro país y lograr un portafolio diversificado que permita cubrir los riesgos y maximizar la inversión. Sin duda en este punto es cada vez más necesaria la asesoría de un asesor financiero.
El ahorro es quizá la práctica indispensable para conseguir los objetivos financieros. Como todos los buenos hábitos, mientras más temprano lo empecemos a practicar mayores serán los beneficios y las satisfacciones nos alcanzarán hasta cuando yo no podamos trabajar, es decir nos alcanzarán para nuestro retiro.