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ECONOMÍA CIRCULAR EN TU HOGAR

6 medidas de economía circular que ayudan a tu economía familiar

“La Economía política o Economía es un estudio de las acciones  del hombre en las actividades ordinarias de la vida”

Alfred Marshall, economista británico

1842-1924

Entre los años 70 y 80 del siglo pasado, empezaron a surgir diversas manifestaciones por cuidar los recursos naturales del planeta. La propuesta de tales organizaciones que empezarían a llamarse “ambientalistas” o “ecologistas” se podría resumir en tres principios básicos: conservar, regenerar y preservar los recursos naturales de la tierra. 

La importancia de los movimientos ecologistas radica en que despertaron la conciencia de las personas por hacer un uso más racional de los recursos naturales, popularizando conceptos como el de la Regla de las tres erres: Reduce, Reutiliza y Recicla. 

Otro de los logros de los movimientos ecologistas de esta época es que obligaron a los agentes económicos, principalmente a los gobiernos, a tomar medidas y crear normas en las que se tienen como resultado la incorporación de nuevas prácticas en la extracción y producción de recursos naturales.

Los movimientos ecologistas impactaron a tal punto que hoy en día existen un gran número de personas, organizaciones, movimientos y hasta partidos políticos que enarbolan el respeto al medio ambiente. Y, actualmente, prácticamente todos los gobiernos del mundo, en mayor o menor medida, se declaran en favor del medio ambiente.

En el año 2002, el químico Michael Braungart y el arquitecto William McDonough publicaron un libro intitulado “De la cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas” (en inglés: Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things). En este libro nos dan una nueva interpretación sobre el ecologismo y el ambientalismo.

El término “Cradle to cradle”, que significa literalmente “de la cuna a la cuna”. Se refiere a un cambio en la manera de producir bienes y servicios. Mientras que los ambientalistas criticaban y cuestionaban sólo el proceso industrial vertical de extraer, producir, usar y desechar,  Braungart  y  McDonough, además de tales críticas, propusieron producir de una manera circular en la que los bienes no se desechen sino que circulen. Es decir, que el final de la vida útil de un producto sea el “nacimiento” o el inicio de un nuevo proceso productivo, y al final del nuevo producto se inicie otro, de ahí el término de “circular”.

Esta nueva manera de pensar en la producción de bienes implica el surgimiento de nuevas actividades y una mejor distribución de la riqueza. Además de que las empresas resultan beneficiadas por la eliminación de costos de producción y de tratamiento de desechos. En suma, el medio ambiente, las familias y las empresas se ven beneficiadas.

Todo esto puede parecer extremadamente complejo y que escapa a lo que cualquier persona puede realizar desde los espacios cotidianos como es el hogar, el trabajo o la escuela. Sin embargo, a través de pequeñas acciones en favor del medio ambiente, se puede lograr una cadena de esfuerzos que además contribuyen a la economía familiar y a las finanzas personales. Aun cuando existen muchas medidas que se pueden realizar en lo inmediato, menciono como ejemplo 6 medidas:

1. Recuperar el uso de productos duraderos como por ejemplo:

  • Rastrillos o navajas de afeitar en vez de rastrillos desechables.
  • Pañuelos de tela en vez de desechables.
  • Termo de café en vez de café en vaso desechable.
  • Bolsa de tela en vez de bolsa de plástico para el súper.

2. Simplificación de la vida: en este punto son básicas la prácticas en dos aspectos de la vida cotidiana: el aseo del hogar y el aseo personal

  • Uso reducido de cremas. Una o dos cremas en vez de una para el cuerpo, otra para la cara, otra para desmaquillarse, otra para dormir.
  • Uso alternativo de limpiadores: aseguran que vinagre y bicarbonato son excelentes.
  • Telas y trapos limpiadores extraídos de ropa que ya no se usa, para la limpieza del hogar.

3. Toda compra nueva, primero preguntarse si es verdaderamente indispensable, y si lo es, priorizar una compra con calidad antes que bajo precio, ya que la mejor calidad asegura una mayor durabilidad (y si sabemos que se reutiliza -economía circular- mejor).

4. Preferir el consumo de productores y empresarios locales que ayuden a la economía local, favorezcan el medio ambiente, utilicen materiales reciclables y orgánicos.

5. Hacernos responsables de nuestros desechos. Si son reciclables, separarlos o llevarlos al lugar de depósito final; si son orgánicos, también separarlos o usar el  “compostario” ya sea de jardín o para interiores.

6. Finalmente, difundir y promover entre familiares, amigos y a través de redes sociales las acciones de economía circular que llevemos a cabo. Nunca sabemos el impacto positivo que podemos despertar en otras personas, sólo multiplicando estas acciones es que se mejorará el planeta y la economía.